"Vanidad de vanidades, dijo el predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad"
Eclesiastés 1:2
La vida parece estar pasando sin más, la rutina, el trabajo, los afanes económicos, sale el sol (aunque últimamente en Bogotá se vea poco), se esconde, llega la noche con su luna y parece que los días se repiten, cierras los ojos y los abres y ya estamos en mayo.
Esta sensación que he compartido con varias personas cercanas no parece ser sólo mía.
Encontré en la Biblia a un hombre (el predicador), Quién de cierta manera se estaba preguntando por el sentido de la vida, tal cuál como yo lo he estado haciendo últimamente, y al leer sus escritos, su vida y sus experiencias, comprendí muchas cosas que quiero compartirles hoy en este post un poco más personal que los anteriores.
Este predicador es conocido como el hombre más sabio que ha existido, más rico y poderoso pues era un rey que tuvo la posibilidad de tener todo lo que quiso, de probar y experimentar con todo lo que se le ocurrío.
"Y Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de corazón como la arena que está a la orilla del mar. Era mayor la sabiduría de Salomón que la de todos los orientales, y que toda la sabiduría de los egipcios. Aun fue más sabio que todos los hombres, más que Etán ezraíta, y que Hemán, Calcol y Darda, hijos de Mahol; y fue conocido entre todas las naciones de alrededor."
1 Reyes 4:29-31
Salomón hijo de David y rey de Israel, un tipo que lo tenía "todo" ¿De que se que quejaba?, si se supone que el resultado de la sabiduría es el éxito y este por consiguiente debería traer felicidad.
"Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu." Eclesiastés 1:14
Estas fueron sus palabras después de que con todas sus fuerzas y con todo su corazón y usando toda su sabiduría se dedicara a probar y a buscar respuestas acerca de todo lo que el hombre hace en esta tierra. Nada alentadoras por cierto.
Pero ¿Qué es Vanidad y aflicción de espíritu?, estoy por creer que eso es lo que yo siento cuando me pongo a pensar y veo mi vida pasar sin más ni más.
Siendo un poco juiciosa en el estudio de la palabra vanidad encontré tres vocablos en hebreo
(que no escribiré, por que mi teclado esta en español, y temo escribir mal las palabras), con significados bastante reveladores.
El primero de ellos es -Algo sin valor, el segundo -Insustacial, y el tercero -Vapor, aliento, aire.
Quiere decir entonces que vanidad, indica la inutilidad de toda actividad que hace el hombre en esta tierra, así es la vida natural del hombre.
Vanidad, al ser algo sin valor, insustancial, aire, vapor, tendría relación directa con los ídolos del A.T.
Es decir estatuillas de madera, cubiertas de oro y plata, dioses a los que las personas les atribuían vida, pero que en realidad estaban vacíos, que son materia, y la adoración a los mismos por consiguiente es inútil.
"Todo hombre se embrutece, y le falta ciencia; se avergüenza
de su ídolo todo fundidor, porque mentirosa es su obra de fundición, y no hay espíritu en ella.
Vanidad son, obra vana; al tiempo de su castigo perecerán." Jeremías 10:14-15
Entonces si aplicamos esto a nuestros tiempos modernos y entendiendo vanidad como ídolo, y uniéndolo con la conclusión de Salomón en Eclesiastés 1:2, las cosas por las que nos preocupamos y que llegan a ocupar el primer lugar en nuestra vida se convierten en nuestros ídolos, sufrimos, nos alegramos, nos desanimamos, nos enorgullecemos de ellos y todo esto termina siendo vanidad.
"Todo es vanidad", la sabiduría humana, esfuerzo humano, logro humano, vida humana, rivalidad humana, poder humano, sacrificio humano, avaricia humana, acumulación humana, religión humana.
Los esfuerzos humanos en general son vanidad, son inútiles, nos volvemos improductivos al dedicarnos a estas cosas vanas, quitándole el primer lugar de nuestras vidas a Dios.
Los únicos esfuerzo duraderos son los que tienen las intenciones de cumplir con los propósitos de Dios para la eternidad.
Si, debemos trabajar, podemos comer, cuidar de nuestro aspecto, comprar una casa o un carro, viajar, estamos habilitados para hacer todas estas cosas en nuestra vida terrenal "debajo del sol" como lo señala el predicador, sin embargo todo esto es vanidad, pasajero, inútil para nuestra eternidad, en nada de esto deberíamos centrar nuestras esperanzas, y mucho menos estas cosas deberían ocupar el primer lugar en nuestras vidas.
No permitamos que sean nuestros ídolos por que lo único que encontraremos es "aflicción de espíritu" al tratar de aferrarnos al viento, un aspecto de la vanidad de la vida es que su carácter es fugaz, nos afligimos y nos sentimos morir cuando se nos escapan de las manos, cuando un noviazgo mal fundamentado se termina, cuando perdemos todo lo que hemos conseguido con trabajo o cuando nuestro vecino compra el carro ultimo modelo.
El mundo sólo nos ofrecerá vanidad, pongamos nuestros ojos en las cosas de arriba, y no en las de este mundo Colosenses 3:2.
El predicador describe todas sus pruebas a lo largo de 12 capítulos de un libro que se llama Eclesiastés, llegando a la siguiente conclusión: TEME A DIOS
Un hombre que tuvo la oportunidad de no negarse a ninguno de sus deseos, que experimento y probó buscando en este mundo "debajo del sol" como llenar ese vacío que todos los seres humanos tenemos y ni con mujeres (tuvo 1000 mujeres), ni con toda la sabiduría y ciencia (el hombre más sabio) ni con toda la plata y el oro (era multi-millonario) ni con todo el poder (era el rey de una nación próspera) logró satisfacer esa necesidad.
Todos los seres humanos nos levantamos muchas veces buscando el sentido de nuestra vida, y nos fincamos en lo que vemos, en lo que tenemos, en lo que deseamos y nos afligimos, nos comparamos, nos deprimimos, por que nuestro verdadero sentido de vida no se llama Jesucristo.
"Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios."
Hebreos 12:2
El sentido de la vida entonces se centra en la relación personal que nosotras tengamos con Dios.
Las invito a reflexionar en lo que estamos mirando, ¿dónde esta fincada nuestra esperanza?