Las mujeres estamos llamadas a vivir y modelar el evangelio con nuestras propias vidas para así pasarlo a la siguiente generación, en Tito 2 el apóstol Pablo determina cuál es el deber de cada uno de los miembros de la iglesia, hombres, mujeres, ancianos, ancianas y jóvenes.
En el Versículo 1 leemos: "Pero tú habla lo que esté de acuerdo a la sana doctrina", ese es un mandato general para todos, tanto hombres como mujeres. La palabra sana no es otra cosa que saludable, hablar la verdad del evangelio produce bien estar y crecimiento espiritual, Pablo quiere decir que debemos reflejar el evangelio no solo con nuestras palabras, también con nuestras actitudes y nuestras acciones, modelar con nuestra vida la verdad bíblica. Esta realidad es para todo el pueblo de Dios quiénes debemos dar testimonio frente a los no creyentes.
Ahora bien, en los versículos de 3 al 5. Pablo dedica un espacio para hablar a las mujeres.
"Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos,
a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada."
En el libro "feminidad bíblica" que estamos estudiando en el grupo de mujeres de mi iglesia local, comprendimos que la mujer corre el peligro de caer en el pecado de la "independencia", esta entendida con orgullo y prepotencia, la autodeterminación de escoger lo que nosotras mismas consideramos que esta bien o mal dejando a un lado los preceptos de Dios y apartándonos de las verdades bíblicas para nosotras.
Por eso Pablo invita a las mujeres ancianas a ser maestras de las más jóvenes, maestras del bien, maestras del evangelio, es decir las mujeres necesitamos estar sometidas al liderazgo no solo de nuestros pastores sino también de otras mujeres mayores que Dios ha preparado y llamado para ejercer este ministerio, con el fin de no desviarnos, de que el pecado de "independencia" no entre a nuestras vidas, necesitamos ser enseñadas y preparadas biblica y constantemente para los roles cambiantes que enfrentamos a lo largo de nuestras vidas, como madres, esposas, solteras, viudas, hijas etc.
Este ministerio debe estar centrado en Cristo, esta reunión no es para ir a conversar o tomar café y estudiar un libro solamente, se trata de vivir el evangelio de hacerlo real en nuestras vidas. Cristo y la palabra de Dios deben ser el centro y la motivación.
Quiero decir que quienes enseñamos, dependemos completamente de la gracias de Dios para poder llevarlo a acabo, no depende de que tantos estudios teológicos tengamos, ni que tan hábil seamos con la palabra, Sí Dios en su soberanía nos permite enseñar es por su gracia y para su gloria.
1 Corintios 2:4 "y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder,"
El ministerio de mujeres es muy importante dentro de las iglesias, por que nos permite conocer a Dios y sus propósitos, nos permite entender el modelo de feminidad que el ha creado para nosotras, a reflejarlo en nuestras propias vidas y ser testimonio para nuestras amigas y familiares que aún no conocen el evangelio.
El comprender el propósito de Dios en nuestras vidas nos libera, y nos da seguridad. Nos permite vivir vidas piadosas con el fin de que la palabra de Dios no sea blasfemada, elimina de nuestras vidas cualquier clase de oprobio hacia las escrituras. Si queremos llevar el evangelio a las naciones y hacer discípulos (Mateo 28:19), es necesario llevar una vida santa.
1 Timoteo 3:11 "Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo."
Por último y no menos importante, quiero decirles que no importa la edad de cada una siempre seremos una anciana para otra mujer, en años, en experiencia etc, siempre tendremos ojos puestos en nuestras vidas, sirvamos activamente en un algún ministerio o seamos sólo asistentes a la iglesia.
Esto quiere decir que siempre estaremos siendo el ejemplo de alguien y siempre tendremos algo que enseñar y algo que aprender.
Por eso Pablo invita a las mujeres ancianas a ser maestras de las más jóvenes, maestras del bien, maestras del evangelio, es decir las mujeres necesitamos estar sometidas al liderazgo no solo de nuestros pastores sino también de otras mujeres mayores que Dios ha preparado y llamado para ejercer este ministerio, con el fin de no desviarnos, de que el pecado de "independencia" no entre a nuestras vidas, necesitamos ser enseñadas y preparadas biblica y constantemente para los roles cambiantes que enfrentamos a lo largo de nuestras vidas, como madres, esposas, solteras, viudas, hijas etc.
Este ministerio debe estar centrado en Cristo, esta reunión no es para ir a conversar o tomar café y estudiar un libro solamente, se trata de vivir el evangelio de hacerlo real en nuestras vidas. Cristo y la palabra de Dios deben ser el centro y la motivación.
Quiero decir que quienes enseñamos, dependemos completamente de la gracias de Dios para poder llevarlo a acabo, no depende de que tantos estudios teológicos tengamos, ni que tan hábil seamos con la palabra, Sí Dios en su soberanía nos permite enseñar es por su gracia y para su gloria.
1 Corintios 2:4 "y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder,"
El ministerio de mujeres es muy importante dentro de las iglesias, por que nos permite conocer a Dios y sus propósitos, nos permite entender el modelo de feminidad que el ha creado para nosotras, a reflejarlo en nuestras propias vidas y ser testimonio para nuestras amigas y familiares que aún no conocen el evangelio.
El comprender el propósito de Dios en nuestras vidas nos libera, y nos da seguridad. Nos permite vivir vidas piadosas con el fin de que la palabra de Dios no sea blasfemada, elimina de nuestras vidas cualquier clase de oprobio hacia las escrituras. Si queremos llevar el evangelio a las naciones y hacer discípulos (Mateo 28:19), es necesario llevar una vida santa.
1 Timoteo 3:11 "Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo."
Por último y no menos importante, quiero decirles que no importa la edad de cada una siempre seremos una anciana para otra mujer, en años, en experiencia etc, siempre tendremos ojos puestos en nuestras vidas, sirvamos activamente en un algún ministerio o seamos sólo asistentes a la iglesia.
Esto quiere decir que siempre estaremos siendo el ejemplo de alguien y siempre tendremos algo que enseñar y algo que aprender.
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