"La Disciplina Espiritual es el sendero que conduce a la vida piadosa"
John MacArthur
Entrenarnos diariamente nos fortalece espiritualmente, pero como se hace eso?
Muchas veces en mi vida he sentido la necesidad de entrenarme en algo, ya sea físicamente o intelectualmente sin embargo son pocas las veces en que soy constante con ese entrenamiento, perseverar en cualquier tipo de entrenamiento no es fácil, pues nos lleva a los limites de nosotras mismas, si nos queremos entrenar en algo es por que estamos débiles y necesitamos reforzar ya sea un área emocional, física o intelectual.
Solemos abandonar nuestro entrenamiento con facilidad buscando excusas para justificar nuestra falta de compromiso con nosotras mismas, la mayor excusa es el tiempo y de ahí se derivan un centenar, nos excusamos y dejamos a un lado nuestro entrenamiento por que sencillamente no tenemos un propósito, o quizá la meta no es clara.
La primera herramienta que nos ayudará a iniciar, persistir y finalizar nuestro entrenamiento es fijarnos una meta, una meta que debe estar presente todos los días, en todo momento, una meta que nos permita recordar el por que de nuestro entrenamiento, una meta que no solo debe estar escrita en papel también debemos escribirla en nuestros corazones.
A diferencia de las metas carnales que al alcanzarlas nos traen reconocimiento y alabanza por parte de otro, al alcanzar las metas espirituales lograremos el reconocimiento y el favor de parte de Dios.
La Biblia nos enseña en Mateo 6:19-21, que de nada sirve acumular tesoros en la tierra donde las polillas y el oxido acabarán con ellos y los ladrones robarán lo que hayamos conseguido, más bien nos exhorta a acumular tesoros es en cielo donde nada de eso les sucederá, concluye el versículo 21 diciéndonos que donde esté nuestro tesoro allí mismo estarán los deseos de nuestro corazón.
Nuestra meta espiritual debe ser alcanzar la vida eterna, vivir por fe para Cristo y así alcanzar los beneficios que tenemos todas las mujeres que obedecemos la palabra de Dios, beneficios que no solo son espirituales también tendremos beneficios materiales y terrenales como añadidura, como regalos de parte del cielo.
Toda carrera tiene un punto de partida, nuestro punto de partida espiritual es La salvación y para llegar a este punto es necesario despojarnos de todo peso, arrepentirnos de todo pecado que hemos venido cargando, Dios dice en su palabra que "si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad", esto lo encontramos en 1 de Juan 1:9.
Es por medio de la confesión de nuestros pecados que obtendremos el perdón de Dios y así nos libraremos de toda carga que nos impida y nos estorbe iniciar la carrera.
Confesar es un término que significa decir u opinar lo mismo que Dios acerca del pecado, es reconocer el punto de vista divino en relación con el pecado.
Reconocer concienzudamente que hemos venido viviendo vidas nada provechosas, llenas de tristezas, soledades, angustias causadas por las desiciones que hemos tomado en nuestras fuerzas y como consecuencia tenemos desánimo y falta de credibilidad nos permitirá llegar al punto de partida sin todo ese peso y estaremos listas para iniciar la carrera.
Recordemos que una carrera esta llena de obstáculos y ataques, pero eso no debe preocuparnos por que también hay ejercicios espirituales que nos fortalecerán en estos momentos y nos ayudarán a tener Paciencia.
Tengamos esta semana muy presente la palabra PACIENCIA, pues ya tendremos tiempo de explicar que significa y por que es tan importante antes y durante nuestra carrera.
Feliz semana y Bendiciones
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